viernes, 6 de julio de 2007

"La profesión en las venas"

Estábamos por escaparnos con mi comadre Slavica (Bacha) de nuestra querida clase de ajedrez cuando a lo lejos divisé un grupo de conocidos jóvenes audiovisuales que venían saliendo de clases. Esto me hubiera parecido un acto normal pero cuando estaba a punto de quitar la mirada, en un segundo, volví a mirar otra vez y "enfoqué" un poco mejor... me pareció raro ver entre ellos a una persona de más edad apenas caminando con un par de muletas y muy lentamente. Si todos ellos ya me eran conocidos, esa persona por sus ropas me era mas conocida aún,. Traté de agudizar más la vista y plop! Era Don Osvaldo Araya! Mi respetado profesor... que es de esos que generan la más amplia gama de sentimientos entre sus alumnos, partiendo obviamente desde la profunda adoración hasta el más ingrato rencor, un profesor de culto, el típico que no se te olvida incluso cuando cumplas los 40, un profesor irónico, sarcástico, terrible, pero a la vez ...amoroso, si es que vas a su ritmo, claro. Mi única expresión fue: "¡Nooooooohhhhhhh! Es el Osvaldo! Bacha wn!! cacha! el Osvaldo está con muletas!!!" y ahí las dos mirando desde la escalera atónitas, yo pensado en que ya estaba en las últimas y en que cómo cresta el tiempo pasa tan tan rápido... lo extremo fue que precisamente esta señorita esperaba a un lolo de ese grupo (que ya estaba llegando al lugar) y había que bajar a saludar,... y nuevamente yo en esos actos de estupidez que me dan, no quise bajar... no se por qué, sólo le dije a ella que me daba "lata" (que es eso?) verlo y preguntarle qué le había pasado, quizás era un mal tema, que alomejor iba a molestarlo, etc, etc.... Pero bueh, la genial Ley de Murpy hace cosas maravillosas; resulta que con amabas muletas no era "piola" mi lentitud para evitarlo, mucho menos iba a adelantarlo y no saludarlo cálidamente, así que lo alcanzamos con Slavica y bueno, como siempre tan espontánea lo miro de pies a cabeza, el me mira, y le lanzo un desubicado "¿¿Qué pacho??!". Pfff... osea, una: explote de la risa nerviosamente; dos: Slavica hizo lo mismo; tres: en su cara!; y cuatro: se sintió mal...
Creo que a veces los nervios traicionan y este fue un ejemplo de ellos, pero bueh... ya estábamos ahí y había que rellenar el incómodo vació... así que conversando nos contó que fue una caída, y abriéndose un poco más al ver nuestras caras de interés (nos comprendió yo creo) nos dijo que estaba muy mal, que se acababa de dar cuenta de que ya no es un superhombre (nunca fue al doc porque "pa qué") , que el dolor que siente en su pierna lo tiene marcando ocupado y contando las horas para irse de la u a dormir. Bueno toda esta conversión es normal en este tipo de situaciones, pero lo que me conmovió fue que su tono de voz, su manera de decir las cosas, fue tan precisa y con las palabras justas, palabras de esas que te llegan y hasta te quiebran... tal y como el nos enseña que deben estar escrito los guiones, con ese mismo ahorro y asertividad, produciendo el mismo efecto...
Al final cortamos la conversa porque ya nos estábamos demorando y nos esperaban, pero su cara, sus palabras y su situación me dejaron plop. Cuando nos despedimos le dijimos "Cuídese" y el sólo respondió con su típico tono de viejo sabio diciendo "No... cuídense ustedes ahora que pueden" Uhhhhfff qué manera de dramatizar la situación tiene este hombre! Él sabe decir las cosas de cierta manera casi perfecta para que cada palabra produzca un efecto deseado. Seco! Ojala alguna vez tenga esa capacidad de expresarme... para poder hacer un guión increíble digo yo.
Definitivamente no he perdido la capacidad de asombro...

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